Trujillo y sus ocho Maravillas en el Caribe de Honduras
Entre monumentos históricos, asentamientos culturales; escenarios naturales y ecológicos ha sido cimentada la ruta de ocho maravillas que Trujillo ofrecerá a los cruceristas.
Esta Ciudad recibirá el próximo de octubre el
primer crucero con unos 2,300 pasajeros en la terminal marítima Banana Coast
Trujillo, proyecto impulsado por el empresario canadiense Randy Jorgensen.
Trujillo ahora estará bajo una mirada internacional y muestra lo que tiene por
ofrecer.
1. Casco histórico, recuerdo del pasado colonial
La imponente catedral
San Juan Bautista, la fortaleza de Santa Bárbara y el antiguo cementerio junto
a otras casas y edificios conforman el casco histórico de Trujillo. Estos monumentos
construidos en la época colonial, actualmente conservan sus amplias paredes,
techos elevados y detalles arquitectónicos. Son sus elegantes estilos los que
destacan la influencia española, francesa, inglesa y estadounidense. Por su
variada arquitectura este lugar es único en Honduras.
2. Guaymoreto: El inicio de una nueva aventura
Este refugio de vida
silvestre ofrece un contacto directo con la naturaleza que se puede disfrutar a
través de kayaks. Este es un atractivo que por primera vez se ofrecerá así en
esta ciudad.
Los senderos por
debajo de los bosques de manglares son la gran atracción. Se podrá apreciar una
gran variedad de aves y animales en peligro de extinción. También se puede
hacer recorridos en lanchas. En este lugar desovan anualmente unas mil especies
de peces.
3. Mar y playa: Agua cristalina, arena blanca
Un mar de aguas
cristalinas y cálidas con amplias playas de arena blanca que han estado solo a
la mirada y los gustos de los locales, ahora transcenderán fronteras y serán el
nuevo descanso de los cruceristas. Es la bahía de Trujillo la que ofrece
postales impresionantes, la tranquilidad con que se mueven sus aguas son
predilectas para la práctica del snorkel. El restaurante Nautico Gastro Bar es el
único certificado para recibir cruceristas en este lugar.
4. Cascada Rio Grande: entre lo fresco y lo rural
Las caminatas por
senderos en montaña y los balnearios de agua dulce esperan a los visitantes. Este
atractivo que se extiende por la margen izquierda del rio Grande, ofrece vistas
de aves, animales y reptiles. También un restaurante cultural garífuna aguarda
para el descanso y la degustación de tabletas, pan de coco, kazabe y la
tradicional debida afrodisiaca: gifiti. En este lugar la etnia garífuna también
expone su tradición y la religiosidad popular que la caracteriza.
5. Campo de mar: zoológico y agroturismo
Los parques temáticos
son la otra atracción que viene a completar la propuesta turisitca de este
destino. Campo de mar es el proyecto donde el agroturismo toma sentido, y donde
los recorridos a montañas y playas a caballo y moto son una aventura. Un zoológico
con animales en peligro de extinción propios de la zona, son las propuestas que
se ofrecen fuera de la ciudad. La práctica de deportes en el mar, piscinas y la
alta cocina también se pueden disfrutar.
6. Banco de las estrellas: Un regalo de la Bahía
Las estrellas de mar
son una de las atracciones que se pueden apreciar en la bahía de Trujillo. Sus
variedades de colores destacan en las aguas cristalinas de los bancos de arena
que hay en medio de esta amplia masa de agua cálida y que es el refugio
indicado para estas especies marinas. En este lugar es impredecible la práctica
del snorkel para poder ver las estrellas anda en el fondo marino, también se
pueden observar plantas marinas que permanecen debajo de agua.
7.
Cayo Blanco: un mundo de coral que cultiva
Los arrecifes de
coral de Cayo Blanco forman parte del arrecife Mesoamericano, considerado el
segundo más grande en el mundo. Este atractivo que se encuentra frente a las
costas del municipio de Santa Fe, hasta hace poco empezó a ser promocionado. La
variedad de su ecosistema es lo que más ha cautivado a los turistas
internacionales que ya lo han visitado. Este banco de coral es único y se
encuentra en las costas del departamento de Colón.
8. La Puntilla: un recuerdo de la primera misa
La belleza natural de
este lugar dejó extasiado al navegante genovés Cristóbal Colón cuando
desembarcó por primera vez en tierras continentales. Aquí realizó la primera
misa en el continente americano. Sus aguas agitadas, y amplias playas que
colindan con una gran abundancia de pinos es lo que define la punta de
Castilla. El lugar es un encuentro con la historia de aquel 14 de agosto de
1502, cuando también se marcó el inicio de la evangelización de los pueblos aborígenes.
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